22 de julio de 2008

Unanubecuelgasobremí

me convenzo día a día de que amo la lluvia, caminé sin saber donde estaba, donde iba, me senti un poco apartada, un poco rechazada, un poco ida, y no , realmente no estaba rechazada, solo era el hecho de que me gustava sentirme fuera del circulo, fuera de la matriz, fuera del enajenamiento, caminé con mi abrigo negro y estaba completamente mojada, Sentí que no podía estar más aparte de lo que estaba, entonces me detuve, viví en ese instante, ya no sobrevivia a lo que supuestamente era lo ideal, me detuve y respiré, sentí lo asquerosa que estaba esta inmunda ciudad, sentí que ya no necesitava ese cable a tierra, que sola me bastaba, que sola estaba bien, y me sente a escribir bajo un cielo que llorabá de agustia, me sente sobre una banca aún más mojada, y supuse que la gente no puede hablar temas tan estúpidos en ensayos, y supuse que la gente no puede gastar ciento cincuenta mil pesos en anteojos, y me sente y segui pensando que detesto que las cosas se repitan, y detesto las esperanzas y me gana el empirísmo, y no se como esta gente me rodea, y no se como esta gente no se cansa, y no se como yo no me canso de aparentar.
Pasaban los autos, los arboles de la Gran avenida estaban con letreros , " yo no contamino", los quieren sacar, perderia el sentido deambular por ahí, y me pregunto y me inquieto, Como llegué alli?, y me detengo nuevamente, y vi que el banco no era banco, era un paradero, y el techo se cubría de pequeñas hojas muertas, y oí que cerca se escuchaba un poco de jazz, y me acerque a el, pero sin 18 no puedes entrar, así que me di media vuelta, y caminé.

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