Sigamos jugando, pues nada alegra la cabeza, como un juego bien jugado, entre monjes y rameras, directorios completos y auxiliares.
No hay como siestas madrugadoras de pocos minutos para reventar la mente, los perros mascan las flores, y el empirismo científico jode de a poco los vestigios de sonrisas que me van quedando.
Cuando ella se pone su falda azul, se siente invencible, imparable, el problema radica en la poca productividad del calzón, la falda hecha jirones. Tal como su alma.
Gira gira caballito, hazlo por la descendencia de tus ojos, coge una rama y vete volando por el viejo San Juan, toma mis brazos rotos y dales un paseo.
Desearía alcanzar un 84% de aprobación para hacer algo, pilotear mi vida desde un globo aerostático, una vez que paren las revoluciones y manifestaciones encapuchadas en mi cerebro, caerá el telón y recién ahí...
lavame el cabello con esencia de jazmín, menta y hierba buena
luego mantenme en el aire.
(no nos vamos ni cagando)
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