21 de marzo de 2010

Entre ser y no ser, el alma decidirá lo más conveniente para estas manos ajenas a la lógica musical, no es que las cosas vallan sucediendo una a una, más bien son un torbellino de ideas multicolores, de imágenes confusas, de pañuelos al aire entre despedidas.

Puede ser también, que sea yo la que gire para el otro lado, que sea yo la que me vuele pensando en los posibles y me quede en vela durante noches y horas segundonas, que sea yo la que quiebre los cristales de los abrazos rotos, para volver a unirlos, puede que sea yo la que entre la petulancia de la luna, se niegue a cerrar los ojos frente a la adversidad.

Mi producto base es la ironía, no te la aplico si no la mereces.

Entre los dibujos psicodelicos y multicolores que rodean mi cabeza y mis ojos, se asoman las verdades más duras, ¿cuál verdad ha sido blanquita y blandita? Ellas son como rocas, como curas violadores de volantín de alma infantil, como señoras con peinados estucados y peinetas medievales.

Dentro de toda la negrura de las cosas luminosas, puedo ver en matices, las sombras que conforman las cosas en luminiscencia son las que le dan ese colorcito a la vida, por lo menos a la mía, no vivo en algodones de azúcar, arcoíris, auroras boreales ni estrellas.No. ese común de gente me vuelve loca, me deja harta, creo ser distinta,y a la vez igual que un grupo de personas.

Pues seremos esas caricaturas, que dejan sus huellas en la ciudad, seremos ese puñado de huesos que giran en las veredas, seremos ese montón de ideas que pintan en colores la ciudad, esos colores que no marean, no cansan y son disfrutados, la esencia de las cosas, se basan en las flores.
Son como los perfumes entre las hojas de parra.




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