24 de septiembre de 2010

8:39

A veces, cuando madrugas los sueños se te ordenan y diluyes los imposibles. ¿Qué creamos en estos eternos paisajes citadinos? La vida en estos momentos gira más rápido, y no cuestiona palabras, se queda con nimiedades y evapora todo lo llamado esencia.

No es que fuese animal, pero sería mariposa, de lejos eres hermosa, de cerca peor y mueres al tercer día.

Con esto del anhelo de una vida corta y pasajera entre sueños, cantos, ritmos y sensaciones, no queda más que desear caer en la casilla correcta, esa casilla que te haga avanzar más pasos sin detenciones intermedias. Como canta ese señor del funk en las venas, es solo una cuestión de Actitud.

No. no, no soy quién para generar caídas, menos de esas bellas que se difuminan por la espalda cuando enredo mi mano en tus cabellos.

Sí, tengo el suficiente delirio matutino como para ir corriendo a esa florería, comprarme un ramo de orquideas y deshojarlas una a una. Si no creyera que en ellas existe luz y alma lo haría.

No creo que pueda seguir escribiendo, la universidad me hizo desprenderme de la capacidad innata para dejar una constancia incoherente mis problemas y pensamientos. Antes, bajaban como torbellinos plasmándose en las letras y no pensandose en futuro. No pasa un segundo sin que no me cuestione una coma.

La originalidad del pensamiento, ese glamoroso, tal vez se daba sintéticamente y no me resulta malo volver a el. Energía pura y desbordante, eterna y sabrosa, danzante y alucinante.

Sé que escucho una de mis melodías favoritas, pero no tengo el ánimo resuelto necesario para aplaudirla mentalmente. Sólo sé, que mis ojos son ríos y que mis manos apoyan mi cabeza en un gesto reflexivo.

Soñé que no hacía falta hacer ningún esfuerzo.

1 comentario:

Lina. dijo...

Al despertar sentimos caer el peso de las cosas sobre nuestra cabeza
talvez será porque los sueños nos mostraban algo que escapaba de lo real
se camufla en idealizaciones
y la madrugada nos despierta brutalmente y nos enseña la realidad...
dan ganas de llorar
pero, ten calma, luego tendras que soñar