No sonaré reiterativa si digo que odio mi esencia más visible y tangible, esa de piel y huesos. Odio mis manos, que de a poco florecen en esta primavera. Odio llorar, no me gustan mis ojos cuando sacan pequeños ríos de alma líquida. Odio las señoras que caminan lento en el metro y las que se suben con bolsas y te las tiran por la espalda. Odio la gente absolutamente positivista, también la negatividad. Odio la risa fácil y la sonrisa que no es sincera. COMO ODIO LA FALSEDAD. Odio que la gente se esfuerce por lograr una pose que día a día sufren. Odio que intenten ironías. Odio la palabra erecto, chico, epistemología y radiar. No me gusta mi voz. Odio a las niñitas tontitas. Odio que la mujer se visualice como objeto sexual. Odio que algo tan puro como el café se mezcle con la sensualidad barata. Odio a la gente que habla mal porque sí. Odio el ajo, las carnes y el pescado. Me carga Jerry de Tom and Jerry. Odio las cosas fáciles. Odio a los hippies de verano. Odio las botas blancas y generalmente, odio a todas las modelos. ¿ Por qué no pude ser?
Amo cada parte por separado de mi esencia, amo mis ojos y me encanta mi boca. Amo la capacidad de renacer de todo lo que se llegue a llamar cuerpo, en extensión y duración. Amo reír, la risa, como ventanita del alma ayuda a sanar llantos. Amo a los niños que juegan en el metro, para ellos es todo diversión. Amo también las risas de los niños y a los ancianos que caminan de la mano. Amo al hombre y la mujer tal como es, con sus defectos y virtudes, (excluyéndome y hablando de género ya que siempre existen excepciones). Amo la palabra sensación, también burbuja, montaña y eternidad. Amo el café y toda la magia que conlleva, amo la dependencia hacia el y la posibilidad que me entrega de sentir un bienestar infinito. Amo ser mujer, y aunque odie que se la posicione como objeto sexual, creo que ninguna puede negar que es lindo hablar con la mirada, un tanto coqueta y dulzona y generar sonrisas y mariposas en el ser más hermoso del planeta . Amo los piropos no cochinones, la mujer necesita una cantidad diaria de ego, Amelie dijo que la mujer sin amor se marchita como la flor sin sol, similar a esto pasa con los elogios.
Amo las verduritas, el agua, las semillas, Amo los desafíos.
Y después de todo podré decir lo mas certero: Amo Amar.
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