7 de septiembre de 2010

Odio(me)

Corazón de miel... si no fueses de miel te daría el cielo

¿Cuánto tendrá que pasar para que mi alma se sienta liviana como el viento?
Generaría un atado de huesos para comprar felicidad inmediata.
Dame lo que deseo. Sólo así olvidaré mi imperfección.
Y es que cada día muero pensándome y viviendome.
Y es que cada día, en cada mirada, surge un deseo enorme de... ya no ser.


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