1 de noviembre de 2010

10:04

A la gente le aburre la tragedia griega en su máxima expresión y yo voy ahí volando y desprestigiando los días y las horas que me dan unas cuantas caras largas. Que uno vaya y permute la monotonía por pétalos de tulipanes sería la actitud más bella e insensata del mundo. Dentro de todos los deseos y este periodo onírico inenentendible, quedamos un poco más arriba de lo normal.

No es que yo vuele creyéndome algún ser alado. No. Es que simplemente la lectura y escritura telegráfica es lo que más nos acomoda en estos días. Considera que mecanizaron mi escritura y la volvieron un poco más terrena, más unidireccional, más apta para la generación completa.

Que las cosas caigan de a poco en esta parte del mundo me hace pensar que " todo va lento, todo va bien" si lo apresuras no podré alcanzarlas todas y el correr en estos días me parece algo un poco más que insensato.

La extensión de esto cada vez se reduce un poco más, como mis aguas. No sé bien lo que estoy diciendo, no se bien lo que canto, tarareo o bailo. Serás aquella sombra entre la luminosidad completa y esperada en mis días. La cobija entre tanta duda existencial y tanto proceso mental divergente y menguante. La lluvia en la aridez de mi clima que se esforzaba por ser racional.

Alguna vez dije al carajo con todo esto. Hoy lo reafirmo. La preocupación mundana y superficial no me permite deslizarme con la naturalidad que quisiera. Me hace tropezar de una y mil formas frente a hechos que no me importan.

Me iré a tomar un café y así comienza mi delirio matutino.

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