1 de octubre de 2009

cardiologa.

Sucede que esta señorita se aburrio definitivamente de la gente desechable
sucede que me va me viene y llega y se va,
sucede que se aburrió de lo patético de la habladuría,
que prefiere comerse una mandarina.
sucede que ya se canso de las miradas, de las palabritas pequeñitas de cinco años

A veces discutiendo con mi parte derecha del cerebro, creo que el tiempo de antonia era ideal, cuando llego Amelia ( con su mundo explosivo, multicolor, desvordante de descuentos en ilusiones, desvordante de cursileria sintética, de óvalos y bacilos) las cosas dejaron de funcionar a la inglesa, las cosas se comenzaron a improvisar, las cosas empezaron a crecer surgir morir escupir sentir, a su antojo, y yo, ya no pude hacer nada.

En la selva de mis pensamientos, en la tundra de mi racionalidad, en la primavera de mis sentimientos, surgen sombras capaces de anochecer a los apeninos, o ser tan arrogantes como el autoproclamado rey de la araucanía, similitud antes ocupada para hacer referencia, explosan limites, filosofías de vida, política, estupidez, odio, amor, similitud, canciones, musicos, artes, bailes, medio oriente... que más da, todo crece a su antojo.

De todos modos, algunos cerebritos diarios, dejan mucho que desear
( ni que fuera cardiologa)

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