16 de octubre de 2010

Pude...

querer hacer muchas cosas, muchas de ellas no eran las correctas y no generaban alegría ni felicidad. Las deseé, las anhelé con una fuerza atronadora.
Sin embargo, estabas tú. Con esas sonrisas que generan mi mundo, con esas manos que me elevan al cielo, con esos ojos que me dan paz.
Debería dar las gracias de una manera infinita. Y es que los astros o estas cosas shuper locas de la vida en las que creo, te pusieron a mi lado.
A veces me siento tan pequeña y tan insignificante que no soporto los golpes que da esta cosa llamada vida y entonces llegas tu y con una sonrisa, con una palabra, con un beso, con una mirada, solucionas mis pequeños y grandes problemas.
Y debo admitir que te amo y que esta gente bloggera se entere. Sos lo máximo.

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