Blanco Puro.

Tantas cosas cambiantes, tantos anhelos, tantos suspiros, tantos gemidos, tantos gritos, tantas rabias y alegrías, todo blanco y puro.
pasan los trenes por el purgatorio, y se dan una vuelta por mi casa, toman unas cuantas fluoxetinas al igual que los pescados de santiago en cien palabras.
Lo que ahora me pongo a pensar, sentada en estos sillones rojo furia, es que todos cambiamos y cambiaremos, y el tiempo le da esperanza a los necios, que ya no quieren esperanza porque también cambian.
Nos afecta de sobremanera el hecho que la gente evoluciona y a veces retrocede, puede ser que yo evolucionase, y que ustedes dos señoritas retrocediesen o que fuese lo contrario, depende si ves los negativos o la foto en sí, por otro lado aceptare que yo retrocedí si es que se deja de hablar boludeces, no me gustan ultimamente los comentarios estúpidos y poco coherentes, antes los aceptaba, sin embargo ahora este cerebro muto en un blanco puro y ustedes andan entre el marron y cosas así.
Y como le dije a la señorita de las transformaciones, muchas cosas las he aprendido a golpes, algunos han sido bajos y dolorosos, y sangra, y queda morado y duele, pero sana y quedan las reales, las cosas lógicas y óptimas, porque cada una de nosotras como mujer no necesita rendir una prueba para ser algo en esta vida, me reconozco con más de tres carreras ya aprendidas y manejadas, soy psicologa innata, y psiquiatra, he sido consejera, peluquera, diseñadora y modista, pintora, escultora, escritora ,masajista, chef, profesora, y espero llegar a amar eternamente a una persona, el asunto, es que solo basta revisar las páginas de nuestro libro llamado vida, aunque la mayoría sean obscuras y un tanto difusas, sepia y ajadas, es la vida señores, y hay que vivirlas!

sabré entonces que he encontrado el aleph. y que las señoritas aqui mencionadas, ( no retrospectiva) se darán cuanta de las cosas, que es tan increible como encontrar la letra J en la tabla periódica)
y de todos modos mi estilo fluido y glamoroso, se fué al carajo hoy, pero tuve una necesidad absoluta y perpetua, de decir lo que ya he dicho, blancamente puro