empiezo a sospechar.

Con tus alas de mariposa, golondrina. Vete a la vendimia y tráeme un carruaje, compra tus monedas y cámbialas por adoquines.

Era la fiesta mental, ideal maravillosa, como la conjunción de palabras, frases y sangrías. Era el misticismo hecho carne, entre los rabos vas danzando gimiendo y llorando.

Extrañamente vivo los martes como si fuese el último, ¿qué importa la lluvia? mientras caiga desde mis cabellos hacia a la acera.

Que entre ciudades escondidas avanzaremos de la mano, para que nadie vea, para que nadie sienta, para que nadie oiga. Ambos estaremos escondidos de nosotros mismos.

He de dejar mi alma escondida en un rincón para que nadie la vea, la aferraré con mis dientes, he ahí el porque de tanta sonrisa conjugada.

Fuimos marionetas que fumaban colores, fuimos esas caricaturas comunistas de medianoche, seremos lo que creamos, viviremos lo que soñamos, desayunaremos nuestros pensamientos.

Paso tras paso, voy dejando una huella, de sonido coloreado, en el eje de tus cejas. Paso a paso forjaré lo que crea conveniente. Paso a paso destruiré lo creado.

Un poco de crema, denle al ratón que esta que se nos muere de hambre.

Un poco de leche, denle a su cría, que se retuerce en la ventisca.

Somos la exigencia máxima del género.

Ella.

Luego de mucho tiempo, se levantó. Fue al espejo y vio que aún su cara mantenía algo de colores, debajo de esa piel reseca que tanto tiempo estuvo pegada a ella, se la quitó. Esos ojos aún brillaban, y esa sonrisa, quería volver a renacer.

Denle(me) un par de días.

Muchas veces creí ser invencible... hoy lo creo y lo afirmo. No cariño, tú no me harás bajar, porque tú con tus palabras violentas; tú, con tus miradas asesinas, ya no llegas, ni si quiera a hacer bajar una lágrima.

Era una cosa de lógica, las especies se unen según condición, la naturaleza dijo. Separarse de la especie por algo SUPERIOR, no es ofensa, es amor . Grande Cerati.

Era renegar de esa especie glamorosa, de esa especie brillante y musical.

Ahora soy.

Me sacaría uno a uno los cabellos, para hacer una trenza y subir al cielo

Haría lagos y mares con mis lágrimas, para nadar entre las sensaciones diversas.

Some were born to greatness, Some were born to die Never knowing the difference Never knowing why Some were born to change the world Some never even try But darling, you and I: We were born to cry

Y no cortaré el paso, no romperé escaleras, no tropezaré.

¿Qué otro dolor podrá aparecer en este lugar?.

(comienzan a ser mis últimas líneas)

¿ Les cuento un secreto?... La odio.

Tenía ese aire mágico, esencia dulzona con sabor a invierno. Era miércoles pero, tenía que ser martes, las cosas no se dan en la dualidad, equilibrio perfecto de la semana. Era martes. No, era miércoles, pero...¡Por Dios! se sentía como martes.

Cada hoja se movía en sincronía al segundo, cada tren gemía bajo el poder del señor guerrero. Cada hora, cada minuto.

La música suena fuerte en sus oídos. casi destruyendo los tímpanos, así casi que dolía. Las primaveras se posaban una a una por la locación del antiguo socialista. El cielo está que llora, ¿Cómo no ha de ser martes?

El problema es que yo amo la risa que no existe, el beso que no se da, la caricia que no llega, el llanto que no cae por las mejillas, la palabra no dicha, el pensamiento no conjugado.

Entre tantas cosas, no hay una pequeña inspiración. Lamentable.